Te escribiría gustos que mezclasen con tus labios.
Y poemas que rimasen con tu nombre.
Pintaría rosas en los puntos muertos de tus caderas
y fórmulas para describir el color de tus atardeceres.
Lo escribo todo en poemas sin dueño y en versos sin nombre.
En la mitad inferior de tus curvas
y en la asimetría de tu gloria.
Arden mis palabras sobre el papel,
se encienden como cigarrillos al leerte.
La tinta se vuelve roja, como cada milímetro de tus labios
y enferma la poca cordura que sentía al pensarte.
Más lo sabe bien dios que no busco la gloria en lo que escribo.
Busco pensarte y escribirte como versos prohibidos.
Escribirte desde el fino papel de sentimientos
que nos separa de conocernos,
puesto que yo te escribo desde la oscuridad
y tú me lees desde los sueños.
Para terminar, te escribiría sonetos impares
color azul eléctrico, y cielos infinitos
donde perderse en el deseo de tu aroma no fuese delito.
Y lo sabe bien dios que he encontrado la mejor forma de pensarte;
escribiéndote poemas sin nombre,
puesto que cada verso que escribo lleva grabado tu nombre.
Creo que desde la primera estrofa ya me habias ganado cielo.. Precioso :)
ResponderEliminarDios, es precioso, en serio. Aquí tienes una nueva seguidora, que lo sepas :).
ResponderEliminarLo bonito es escribir por alguien o por nosotros mismos. Me encantó tu forma de escribir, gracias por comentarme sino no te hubiera descubierto, besazos :)
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