II
En pocas palabras, ardí
y reconozco que dolió
porque al fin logré sentir algo más allá de mi propio existencialismo
así que abracé las llamas de mi ángel
que me consumieron hasta los huesos
En pocas palabras, ardí
y reconozco que dolió
porque al fin logré sentir algo más allá de mi propio existencialismo
así que abracé las llamas de mi ángel
que me consumieron hasta los huesos
y que en mi desprevenida conciencia
abrieron heridas en carne viva
que pensaba ya cicatrizadas
y aunque estoy segura de que no me consumió del todo,
y sin quererlo me hizo descubrir a otros nuevos
y sus palabras como proyectiles en llamas
se clavan en mi escudo
porque quizás
y solo quizás
mi cobardía
mis miedos
inseguridades
mentiras
y este vértigo
permanente
son quimeras
que me invento en noches como esta
para que cuando se acabe el hielo
me derrita
y de lo único que necesite
es de ella
lo único que encuentre
sea este cajón lleno de mierda
abrieron heridas en carne viva
que pensaba ya cicatrizadas
y aunque estoy segura de que no me consumió del todo,
(porque soy un hueso duro de roer
que quitando las noches con grietas
en las mañanas y crepúsculos no vacilo en mi coraza)
sí que me hizo saludar a viejos amigosy sin quererlo me hizo descubrir a otros nuevos
y sus palabras como proyectiles en llamas
se clavan en mi escudo
porque quizás
y solo quizás
mi cobardía
mis miedos
inseguridades
mentiras
y este vértigo
permanente
son quimeras
que me invento en noches como esta
para que cuando se acabe el hielo
me derrita
y de lo único que necesite
es de ella
lo único que encuentre
sea este cajón lleno de mierda
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